Otra razón por la que no tengo un arma en casa

En nuestra sección de traducciones, visitamos hoy a otro de los poetas americanos más influyentes en la actualidad. Bill Collins, que se ha caracterizado siempre por una línea muy clara, narrativa, moderna y llena de pinceladas de humor que consiguen demostrar la complejidad del alma humana. Es uno de los poetas que más se ha esforzado por hacer de la poesía un género que tenga cabida para el gran público mediante campañas mediáticas de acercamiento al lector.
Otra razón por la que no tengo un arma en casa.
Bill Collins.
Traducción divulgativa y sin ánimo de lucro
por Fernando López Guisado.


El perro de los vecinos no va a dejar de ladrar.

Ladra con el mismo agudo, rítmico ladrido
que ladra cada vez que se van de casa.
Parece que lo enciendan al salir.

El perro de los vecinos no va a dejar de ladrar.
Aunque cierro todas las ventanas
y pongo a tope una sinfonía de Beethoven,
aún puedo escucharlo, amortiguado bajo la música,
ladrando, ladrando, ladrando,
hasta que lo visualizo ahí, sentado entre la orquesta,
con la cabeza altiva y confiada como si Beethoven
hubiera incluido una parte para ladrido de perro.

Cuando el disco termina, todavía sigue ladrando,
sentado allí, en el sector de los oboes, ladrando,
con los ojos fijos en el director de orquesta que aún
le coordina con su batuta

mientras el resto de músicos atienden, en educado
silencio, a su célebre solo para ladrido de can,
esa coda interminable que, por vez primera, instauró
Beethoven en su papel de genio innovador.




Another Reason Why I Don't Keep A Gun In The House.

The neighbors' dog will not stop barking.
He is barking the same high, rhythmic bark
that he barks every time they leave the house.
They must switch him on their way out.

The neighbors' dog will not stop barking.
I close all the windows in the house
and put on a Beethoven symphony full blast
but I can still hear him muffled under the music,
barking, barking, barking,

and now I can see him sitting in the orchestra,
his head raised confidently as if Beethoven
had included a part for barking dog.

When the record finally ends he is still barking,
sitting there in the oboe section barking,
his eyes fixed on the conductor who is
entreating him with his baton

while the other musicians listen in respectful
silence to the famous barking dog solo,
that endless coda that first established
Beethoven as an innovative genius.

Billy Collins.

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