Leer un cuadro. Las dos Fridas

Hablar de Frida Kalho es entrar en un mundo de amor y sufrimiento, sentimientos que en su caso fueron irremediablemente unidos hasta su muerte. Pero también es conocer a una mujer cuya vida se vió iluminada por la luz de la libertad, del placer, de la bisexualidad en una época y en un país en donde el hombre era el "rey".

La pintura no fue la primera vocación de Frida, sino la medicina. Pero la convalecencia del accidente de tráfico hizo que, para cubrir el largo periodo de convalecencia, empezará a dibujar y pintar, iniciando su aprendizaje en el estudio del grabador Fernando Fernández, amigo del padre de la pintora.

Esa vocación se fue afianzando y tomando cuerpo hasta llegar al momento histórico en la vida de Frida Kalho: su encuentro con el muralista Pedro rivera, con quien mantuvo su relación sentimental hasta su muerte.

La pintura de Frida está inexorablemente unida a su vida. A pesar de los esfuerzos de encasillarla en alguno de los "ismos", particularmente en el del surrealismo, ella siempre negó pertenecer a este movimiento, puesto que ella no encontraba su inspiración en su subconsciente sino en sus propias vivencias, interpretadas a través de una iconografía muy cercana al arte popular mejicano, de los que Rivera y Kalho eran grandes coleccionistas.

Una temática se repite a lo largo de toda la obra de esta artista:  el del autorretrato. También en palabras de Frida es así porque pasaba mucho tiempo sola y era a quien mejor se conocía. Las dos Fridas , el cuadro que comentamos, se podría encuadrar dentro del tema reiterativo, y por doble parte. 

No obstante, tenemos que ir más allá de lo que estamos viendo, dos figuras de la pintora, una vestida a la europea y otra con el traje indígena mejicano que tanto gustaba Rivera. Lo que en verdad representa este cuadro es la traición, la infidelidad de Diego, quien mantuvo una aventura con la hermana de Frida, Cristina, hecho que destrozó el corazón de la pintora. La Frida enamorada-derecha- y la Frida traicionada- izquierda- unidas por las manos, por una arteria que apenas insufla la sangre para que una mantenga a la otra. Un antes y un después en el amor de esta "paloma" hacía un "elefante", como les tildó la propia madre de la pintora.

Frida muere en 1954. Nos quedan su pintura, sus poesías, sus palabras. 

"No estoy enferma, estoy rota. Solo con la pintura soy feliz"



Dualidad

Son iguales y sin embargo tan diferentes como las caras de una misma moneda. Aprendieron al mismo tiempo de la vida, pero de ella gustan tomar cosas distintas.

Una más sensata, racional admira el equilibrio y la ponderación. La otra es capaz de subir al cielo y bajar al suelo en un corto espacio de tiempo.Una siempre quiso atenerse a las normas y a lo que estaba determinado como lógico, la otra se emocionaba con correr ciertos riesgos, aunque solo fuera robar una galleta de chocolate en el ultramarinos.

Una buscaba un hombre que fuera un compañero, el padre de sus hijos con el que construir una vida tal y como estaba mandado. La otra soñaba con héroes de novela, románticos y aguerridos que la hicieran vivir aventuras apasionadas.

Juntas llevan conviviendo desde siempre gracias a un pacto tácito aceptado por ambas por respeto al mismo cuerpo que habitan. Dependiendo del momento y de las ocasiones una deja actuar a la otra, pero siempre antes se piden consejo, de tal manera que una pone racionalidad en las acciones y la otra la pasión para llevarlas a cabo. Si no hace mucho tiempo que una habría acabado por matar a la otra.

(Artículo y relato Elena Muñoz)

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