Entradas

Mostrando entradas de enero, 2018

LOS POEMAS NO COTIZAN EN BOLSA, DE ELENA MUÑOZ

Imagen
Cuando tuve el honor de presentar, en el año 2015, la ópera prima poética de Elena Muñoz, Momentos de arena y hielo , afirmé que una escritora por vocación como ella había encontrado en la poesía el adecuado cauce expresivo para cuanto sólo cabe decir mediante la construcción de un sujeto lírico. Y ello resultaba y resulta todavía más notable habida cuenta de que nos hallamos ante una narradora sumamente certera, con un don innato para la fabulación y la trama, y una habilidad indiscutible a la hora de repartir las cartas de la baraja entre los personajes, al servicio de la intriga más o menos explícita, más o menos compleja. La poesía se mueve en otros ámbitos; fundamentalmente, y como también vine a decir entonces, el de la objetivación de la vivencia íntima para propiciar la posible conexión con el otro, ya en el territorio compartido de la universalidad del sentimiento; lo que se erigiría en la mayor prueba literaria de aquella máxima del doliente filósofo Soren Kierkegaard

Leer un cuadro: La vocación de San Mateo de Caravaggio

Imagen
  La vocación de San Mateo. (1599- 1600) Óleo sobre tabla. Capilla Contarelli.   Hablar de Michelangelo Merissi di Caravaggio es hablar de unos de los mayores genios de la pintura barroca en particular y de la historia del arte en general. Vivió en un tiempo apasionante  en el que los artistas elegieron el dramatismo, la pasión y la emoción para expresarse. Mayor realismno, colores ricos e intensos, teatralidad en las composiciones y sobre todo el contraste entre luces y sombras. Nacido en Milán, Caravaggio desarrollo el culmen de su carrera en Roma, a la sombra del papado y de las órdenes religiosas, para quienes pintó muchas de sus obras. De vida tormentosa, paració encontrar en su propia personalidad el potencial que le dió fama: la utilización del claroscuro, dando lugar al tenebrismo , estilo muy apreciado por la Contrarreforma, que encontraba en su dramatismo la mejor manera de conmover a los fieles. Caravaggio renunció a todo el idealismo que había protagonizado la p